sábado, 14 de marzo de 2009

PROLOGO



En los debates sobre Salud Colectiva se escucha muy poco la voz de Enfermería, quizás cumpliendo la regla que los más explotados (por que no tienen tiempo, porque sus vidas son más precarias, porque anticipan que no se los va a escuchar) son los que mas permanecen en silencio.


Los médicos de ciertas especialidades - cirugías especializadas, anestesiología - justifican sus altos ingresos y su deseo de ganar más dinero por el carácter estresante y tensionante de su práctica. Al escuchar estos surge inmediatamente la analogía con Enfermería, que tiene la vida y la muerte de tantos pacientes en sus manos, en turnos de trabajo cuya extensión viola todas las reglas de la salud laboral, con dobles empleos para paliar de esa forma el escaso ingreso que se recibe en uno solo, con un acceso precario a una infraestructura que los apoye en casos de emergencia.

Pese a toda esta tensión generada por las condiciones de trabajo, los enfermeros deben contentarse con un ingreso que es una pequeña fracción del de esos médicos. Esta injusticia en la distribución de la materialidad en el equipo de salud es un elocuente indicador de cómo se distribuye el poder en el. Los médicos justifican su demanda de mas ingresos diciendo que deben actualizarse, lo cual suele ser sinónimo da asistir a un Congreso de especialidad en algún hotel caro de un lugar turístico; y que sus esfuerzos deben recompensarse, lo que suele ser la posibilidad de comprar artículos de lujo provistos por la Sociedad de Consumo.

Contrastemos eso con la modesta demande que es usual oír de los enfermeros: el poder comprar una modesta casa propia, para ellos y su familia, en algún barrio pobre de alguna ciudad argentina.


Por medio de este breve libro los enfermeros encuentran otro ámbito para describir su situación. Lucia Domínguez y Juan Mijana, sus autores, han fundado hace unos años la red de correo electrónico “Unidos por la información”, con cerca de 5000 suscriptores en Argentina, América Latina y España, que es un foro de socialización de información y vivencias para la Enfermería. Este libro es el primero de lo que esperamos sea una nueva red de información, esta vez en papel, para la profesión y otros seguramente lo sucederán.

La sabiduría convencional dice que los médicos “curan” mientras que los enfermeros “cuidan”. No es tan así, debido a los tantos vacíos que se observan en la interacción entre médicos y pacientes, que Enfermería debe, como puede, llenar y por que el “cuidar” –en lo que tiene de contención, alivio, acompañamiento- cura tanto como las moléculas patentadas que la Industria del Medicamento nos vende con tanta abundancia.

Estos son ingredientes centrales de lo que los autores describen sobre las condiciones de trabajo de la enfermería argentina: las tensiones al ejercer su trabajo, la violencia que sufren, su precariedad laboral, su bajo lugar en la estructura jerárquica de los trabajadores de la salud: Domínguez y Mijana revelan una situación que solo la resignación y la costumbre vuelven tolerables.


Muchas cosas andan mal en la Salud Colectiva argentina.
La peor quizás es el alto número de nuestros compatriotas que mueren y enferman innecesariamente, a lo que se suma a continuación la mala atención que reciben cuando demandan curación y cuidado para sus enfermedades.

Este libro es un recordatorio de la trama de injusticias que existen al interior de la Enfermería, que se imbrican con las que ocurren en otros lados de nuestra desbaratada Salud Colectiva, y cuya solución deberá tener tanta prioridad como muchos otros problemas que aparecen como mas salientes.



Prof. Dr. José Carlos Escudero
Medico Sanitarista. Sociólogo.