viernes, 13 de marzo de 2009

SECCION 5



Relaciones entre el acosador y la victima en el marco de la institución donde se trabaja.


En el Siglo XXI la perpetuación de la esclavitud adopta la forma de psicoterror y el acosador psicológico es (pretende ser) el amo. El proceso por el cual se genera violencia en el trabajo es igual en las relaciones personales de pareja y en la familia o en cualquier otro ámbito social. Para que se pueda afirmar que existe violencia son necesarios al menos dos individuos, ningún tipo de violencia es estrictamente individual. La violencia surge siempre de la alteridad, de la diferencia; de imponer un modelo de “un arriba y un abajo” por el cual quien se auto titula “arriba” somete a quien o quienes quedaron “abajo” eliminando cualquier obstáculo que se interponga en su camino para continuar en el ejercicio del poder que se atribuye al situarse “arriba”.

Concretamente, la violencia laboral, surge de la negación de esa alteridad, de una diferencia que no se tolera. En el acoso psicológico la violencia genera una relación asimétrica. Quien pone en practica la violencia se define a si mismo como superior al otro que sufre su violencia; ese otro no tiene derecho a quejarse, es la “violencia castigo”.

Las etapas por las que se pretende aplastar a una persona para luego destruirla son similares en los diferentes ambientes. El psicoterror es una tortura psicológica en la que se suministra la violencia en dosis pequeñas a la vez que se paraliza a la victima con diversos procedimientos, similares a los que se utilizan en un lavado de cerebro, para que no pueda defenderse. De esta manera un individuo o grupo de individuos ejercen su poder sobre otro individuo dejándolo indefenso. Es una violencia “limpia”, no deja huellas, los testigos son ciegos, sordos y mudos. Puede observarse que el fin de esta violencia no es destruir al otro inmediatamente, sino someterlo poco a poco y manteniéndolo a su disposición para poder utilizarlo.

La destrucción del Otro debe ser lenta para conseguir un crimen perfecto: no es el agresor el que mata, es el otro quien se mata. Esta inversión de roles confunde aun mas a la victima. El suicidio del otro es el mayor triunfo del acosador moral, es exactamente lo que quiere.

Es posible distinguir al acoso psicológico en el trabajo de otro tipo de violencias esporádicas, no solo por su frecuencia y continuidad, sino porque la brutalidad del hostigamiento aumenta en función de la resistencia y el aguante de la victima. El objetivo final es que el trabajador abandone su puesto de trabajo y esto se consigue aumentando las actitudes del hostigamiento hasta límites insoportables para la victima. El trato vejatorio y humillante tiene como objetivo acabar con el equilibrio y resistencia psicológica del otro, provocando su desgaste físico y emocional.

En un gran porcentaje los casos de acoso psicológico o inmoral en el trabajo terminan cuando la victima abandona su puesto de trabajo porque renuncia, pide el traslado a otro sector o es despedido ya que es tal su situación de quiebre que resulta incapaz para la tarea que fue contratado.

De acuerdo a esta descripción esquemática el acoso psicológico ocurre inexorablemente en todos los ámbitos en los que el hombre desarrolla sus actividades sociales, culturales, laborales, económicas y políticas. En este sentido los autores de este trabajo consideran que es posible afirmar que el acoso psicológico en el trabajo ocurre en los hechos reales del proceso social del trabajo; y que esta ocurrencia estuvo, esta y estará presente en las relaciones laborales puesto que es inherente a las emociones humanas el deseo de sentirse con poder sobre el otro; y que esta situación es aprovechada por los grupos que detentan el poder, para mantener la sumisión de los trabajadores.

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